lunes, 28 de octubre de 2013

Canarias, tres historias de represión sin Guerra Civil

El golpe de Estado se impuso en Canarias sin necesidad de trincheras, frentes y batallas. A pesar de ello, se apunta que entre 2.000 y 3.000 personas fueron asesinadas entre 1936 y 1939 y que 6.000 canarios pasaron por las cárceles y los campos de concentración.

En las Islas Canarias no hubo Guerra Civil. Al menos no existió lo que tradicionalmente se entiende por guerra: trincheras, frentes y batallas. Los golpistas ocuparon el poder con relativa facilidad aunque no sin resistencia de parte de las clases medias y populares. Sin embargo, la no existencia de un campo de batalla no influyó para que la represión fuera enorme. El investigador Ramiro Rivas, autor de la obra Tenerife 1936, calcula que en el archipiélago fueron asesinadas más de 3.000 personas, que 5.000 canarios pasaron por las cárceles y los campos de concentración y que 4.000 ciudadanos de las Islas se vieron obligados al exilio.
 
"Los rebeldes, ante la no existencia de una Guerra Civil, ejecutaron un plan de exterminio ideológico del contrario"
 
"La no existencia de una Guerra Civil y la enorme represión que hubo en Canarias es la demostración más palpable de las intenciones de los rebeldes: sembrar el terror, eliminar físicamente al adversario político y erradicar cualquier atisbo de resistencia. Se trata de un plan de exterminio del contrario ideológico", explica a Público el historiador Sergio Millares.

Las Islas Canarias tuvieron una función muy importante para el bando franquista a lo largo de la Guerra. Desde el archipiélago se mandaron cerca de 60.000 soldados, dinero, oro, divisas y el petróleo refinado de la factoría Cepsa en la capital tinerfeña, "producto no sólo fundamental sino imprescindible para la maquinaria militar en una guerra moderna como fue la contienda del 36", explica Rivas.

Las Islas eran demasiado importantes para el bando franquista. Había que machacar a la resistencia y a aquellos que democráticamente habían vencido en las elecciones de febrero del 36. "Se trata de represión en frío y ejercida desde el primer momento. Por un lado querían evitar que los republicanos se levantaran contra los rebeldes. Tenía, pues, un carácter preventivo. Por otra parte, los republicanos aquí eran numerosos. Habían vencido en las elecciones y el bando rebelde trata de acabar con él de raíz", señala Millares.

Este artículo recopila tres historias diferentes sucedidas en tres islas del archipiélago. Son tres casos personales que muestran hasta qué punto llegó la represión y se extendió el sin sentido. En las Islas Canarias no hubo una Guerra Civil como tal, pero los rebeldes ejecutaron un plan de represión cuyas consecuencias aún se pueden observar. Un número imposible de determinar de ciudadanos republicanos siguen desaparecidos. Algunos están localizados, otros están sin localizar y otros muchos nunca serán encontrados, ya que se sospecha que fueron lanzados al mar.

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